febrero 04, 2010

RESILIENCIA



La resiliencia no es un rasgo que las personas tienen o no tienen. Conlleva conductas, pensamientos y acciones que cualquier persona puede aprender y desarrollar. Se trata de una nueva mirada de la manera en que los diferentes seres humanos afrontan posibles causas de estrés: malas condiciones y vejaciones en la familia, reclusión en campos de prisioneros, situaciones de crisis como las causadas por viudez o el divorcio, las grandes pérdidas económicas o de cualquier otra índole.
En lugar de preguntarse por las causas de la patología física o espiritual que esas catástrofes generan, el nuevo punto de vista supone indagar de qué condiciones está dotada esa minoría; por qué y de qué manera logra escapar a los males propios de los llamados “grupos de riesgo”.
El hecho de que la adversidad no deriva irrevocablemente en individuos dañados, se ha mostrado que la conformación de éstos ,depende, no simplemente de factores condicionantes como, por ejemplo, los recursos económicos, la alimentación, el nivel educativo de los padres, la estimulación materna o la disponibilidad de material lúdico, sino, fundamentalmente, de los mecanismos y las dinámicas que ordenan el modo cómo ellos se relacionan .
Los individuos “resilientes” se destacan por poseer un alto nivel de competencia en distintas áreas, ya sea intelectual, emocional, buenos estilos de enfrentamiento, motivación al logro autosugestionado ,autoestima elevada, sentimientos de esperanza, autonomía e independencia, entre otras. Y esto ha podido ser así incluso cuando el área afectada es tan básica para la vida, como la nutrición.
Para esclarecer el fenómeno de la resiliencia, los estudiosos han apuntado a las características del ambiente en que se han desarrollado los sujetos resilientes: han tenido corta edad al ocurrir algún evento traumático; han provenido de familias conducidas por padres competentes, integrados en redes sociales de apoyo, que les han brindado relaciones cálidas.
Respecto al funcionamiento psicológico que protege del estrés a las personas resilientes, señalaremos:
a) Mayor coeficiente intelectual y mejores habilidades de resolución de problemas.
b) Mejores estilos de afrontamiento.
c) Empatía, conocimiento y manejo adecuado de las relaciones interpersonales.
d) Sentido del humor positivo.
Lo que hace que un individuo desarrolle la capacidad de ser resiliente es la formación de personas socialmente competentes que tengan la capacidad de tener una identidad propia y útil, que sepan tomar decisiones, establecer metas y esto involucra lugares sociales que implican a la familia a los amigos y las instituciones de gobierno de cada país .Entre los mecanismos protectores por excelencia esta la relación de un adulo significativo, que reafirme la confianza en sí mismo del individuo, que lo motive , y por sobre todo le demuestre su cariño y aceptación incondicional.



enero 09, 2010

¿QUE ES LA VIOLENCIA DOMESTICA?


                                                                       

Actualmente, el problema de la violencia doméstica contra la mujer es tan serio que es comparable con el problema del SIDA. De 2 a 4 millones de mujeres anualmente son agredidas por su compañero, esposo, novio, o amante. Entre el 15 y el 25 % de esas mujeres están embarazadas; lo cual hace más grave aún el problema.
Las estadísticas nacionales muestran que la esposa golpeada resulta con más daños y necesita más ayuda y tratamiento médico que las afectadas por violación, accidentes de autos y asaltos, en conjunto. Las mujeres maltratadas constituyen el 20 % de las mujeres que acuden a los servicios de emergencia con heridas.
La violencia doméstica no siempre resulta fácil de definir o reconocer. En términos generales podríamos designarla como el uso deliberado de la fuerza para controlar o manipular a la pareja o a la prole.
Se trata del abuso psicológico, sexual o físico habitual. Sucede entre personas relacionadas afectivamente, como son marido y mujer o adultos contra los menores que viven en un mismo hogar.
La violencia doméstica no es solamente el abuso físico, los golpes, o las heridas. Son aún más terribles la violencia psicológica y la sexual por el trauma que causan, que la violencia física, que todo el mundo puede ver. Hay violencia cuando se ataca la integridad emocional o espiritual de una persona.
Pero siempre la violencia física, la más evidente, es precedida por un patrón de abuso psicológico, que es usado sistemáticamente para degradar a la víctima, para erosionar y aplastar la auto-estima de la mujer.
La violencia psicológica se detecta con mayor dificultad. Quien ha sufrido violencia física tiene huellas visibles y puede lograr ayuda más fácilmente. Sin embargo, a la víctima que lleva cicatrices en la psiquis o alma le resulta más difícil obtener compasión y ayuda. También lo dificulta, por ejemplo, la habilidad manipuladora de su esposo que presenta a su esposa como exagerada en sus quejas.
A la violencia física precede, a veces, años de violencia psicológica. La violencia psicológica es, despreciar a la mujer, insultarla de tal manera, que llega un momento en que esa mujer maltratada psicológicamente, ya cree que esos golpes se los merece. Y qué difícil es convencer a una mujer de que vaya a pedir auxilio cuando cree que no lo necesita.
Hay mujeres que se avergüenzan por lo que les sucede y que hasta se creen merecedoras de los abusos. Por eso prefieren mantenerlos en secreto y así esa situación puede prolongarse durante años. Los que maltratan a sus víctimas lo hacen de acuerdo a un patrón de abuso psicológico.
Igual que en el caso del alcohólico, el que golpea a una mujer o la maltrata psicológica o sexualmente, lo primero que hará es negarlo.
Negación es decir: "No, es que yo le pego con razón". No hay ninguna razón para golpear a una mujer, ni a nadie. Pero lo niegan. Dicen: "Yo no la he golpeado, yo no le hecho nada, sólo tocarla".
Otra forma de abuso psicológico es el aislamiento. He conocido casos en que le hacen el vacío a la mujer, ni le hablan, ni la miran y entonces ella se va creyendo que se merece ese trato.
La intimidación es también un abuso. "Si dices algo te mato." Muchas mujeres no se atreven a hablar, por las amenazas que sus maridos o sus compañeros lanzan contra ellas.
Otra forma dentro de ese patrón de abuso psicológico es echarle la culpa a la víctima, la mujer. Desde que se inventaron las excusas y eso viene desde Adán y Eva, uno le echa la culpa al otro.
Tanto el adicto a cualquier droga como el abusador, siempre tienen excusas y le echan la culpa a alguien.
Conocí a una mujer cuyo marido la golpeaba porque se ponía "jeans". Y yo le preguntaba al esposo: "Ud. qué prefiere, ¿que vaya con una falda corta?" No sabía que responderme. Le echaba la culpa a ella y por eso le pegaba. "No - le dije yo - Ud. no la golpea por los pantalones, sino porque Ud. es una persona insegura que no cree ni en su mamá. ¿Le ha dado ella motivo para que Ud. sea celoso?" "No, ella no me ha faltado" me respondió. "Entonces por qué le pega?"
También dentro de ese hábito de abuso psicológico está el abuso económico. "Si dices algo no te voy a dar la mensualidad". Vi un caso en que dejó a la esposa, porque finalmente ella fue a la policía, porque por poco la mata. El hombre la cogió por el cuello y la esta ahogando. Si no es por el hijo mayor, que agarró a su padre y le hizo una llave, la mata. La hija de 11 años llamó a la policía. Y ese hombre decía que no, con todos los golpes que dio, aún lo negaba. Llamó a un abogado y trató de quitarle la casa a su esposa.
Vino la policía, levantó el acta y cuando al día siguiente fue la mujer a preguntar le dijeron: "A su esposo ya lo soltamos". "¿Cómo?" "Porque el sargento no firmó el parte policial". ¿Y qué culpa tienen la mujer y los hijos? Después de esto el hombre le puso una demanda de divorcio, se siente ofendido, a pesar de que por poco la mata delante de sus hijos. La mujer no tiene dinero para pagar abogados.
Dentro de ese abuso psicológico de los maridos que golpean (lo que se llama en psicología la triangulación), hay otro tipo de abuso: utilizar a los hijos para hacerles sentir culpables a las esposas. En este caso los hijos sirven de mensajeros: "dile a tu madre que..."
Las amenazas a través de los hijos, las amenazas de que le van a quitar al hijo, todos estos son abusos psicológicos que preceden al abuso físico. Yo se lo pronostiqué a una persona por lo menos 8 meses antes. Le dije: "Su esposo la va a golpear". "No, él es incapaz", me respondió ella. Y así sucedió, aunque él es Ministro de la Eucaristía. No es por ser Ministro por lo que ha hecho esto, sino por no ser un buen Ministro.
Todos estos abusos impiden que la mujer deje el hogar, ese hogar violento. Es que esa paliza psicológica a que están sometidas muchas mujeres, es más horrorosa que el abuso físico. Pregúntele a cualquier mujer a la cual han maltratado físicamente qué es lo que le duele más; si las palabras hirientes, los desprecios o los golpes. Los golpes se pasan, los abusos psicológicos, los insultos, los desprecios se clavan en el corazón.
**Mis agradecimientos al Dr. en Psicología Jesús Arina**





diciembre 08, 2009

                            SABER ESCUCHAR





El sistema femenino ha desarrollado formas detalladas de comunicación y un estilo especial de conversación en el que se pone el acento de la mutualidad, escucha con empatía, se muestra con comprensión recíproca y dá señales de mutua identificación y de intercambio de información.

Este tipo de pequeños gestos, solícitos y anónimos, así como las reaciones intelectuales que facilitan al diálogo, son en extremo importantes para el mundo femenino. Abarcan mucho de lo que un hombre pide en una relación y que ella es lo que dá en ésta.. La mujer siempre dá señales de estar escuchando y oyendo atentamente, demuestran mayor interés alentando a la otra persona a seguir hablando, se vé que reconoce y entiende lo que le están diciendo.

Si esta forma interactíva de relacionarse pudiera aplicarse a la cultura en general, redundaría en una actitud social mucho más positiva.

La capacidad que tiene la mujer de captar y empatizar con los otros la hace ser un ser lleno de sentimientos que muchos hombres lo interpretan como "sensibleras", gran error, ya que es solo la demostración tangible de la tremenda riqueza emocional que tenemos.





                                ¿DISFRUTAN?


                                                                           



"En muchas ocasiones, parece que la mayoría de los hombres disfrutan generando la incertidumbre o fomentandola, haciendo resaltar su negativa al compromiso, aunque interiormente lo esté deseando tanto como la mujer".





                      El miedo a decir : " Te quiero "


                                                                                

Yo solía pensar que algunas relaciones debían ser "libres", pero ahora creo que la tranquilidad de sentirse "ligados el uno al otro" es muy agradable para ambos.

Yo acostumbraba a tener miedo de decir "te quiero" a un hombre, pues pensaba que con ello lo haría sentirse atado u oprimido. Naturalmente, eso es estúpido. Un ejemplo más de cómo la sociedad le ha puesto otro grillete a la mujer. ¿Qué hay de malo en admitir que una se siente emocionalmente dependiente, que alguien le importa? Todos los somos.

Mi ansia de afecto no es excesiva. Cuanto más cariño tengo, más saludable y humana me siento. Si me surge un problema, en mi vida personal o en el trabajo, ansío cariño. A veces tengo la sensación de que necesito a alguien que me diga que todo vá bien, la misma necesidad que tienen los hombres, y si nosotras se lo damos a ellos no creo que sea una actitud neurótica el pedirlo de vuelta.

Todos tenemos la necesidad física del tácto al igual que una necesidad emocional de que nos conozcan y se preocupen por nosotras. El problema es que los hombres no desarrollan la capacidad de entregar ese cuidado y preocupación. Y como ellos no hacen cosas "de este tipo" por naturaleza y nosotras tememos a pedirlo, de puro trancadas que somos, no exteriorizamos nuestras necesidades emocionales, por el temor eterno del abandono.

Pienso que ya es hora de ir cambiando éstas actitudes, es por eso que quieranlo o no, los hombres, van a tener que escuchar más seguido y con beneplácito la palabra "te quiero".